La patología en el período agudo comprende abscesos eosinofílicos y trayectos de parásitos marcados por zonas de necrosis rodeadas de infiltrado inflamatorio y cristales de Charcot-Leyden, fibrosis y tejido granulomatoso. Cabe mencionar que los cristales de Charcot-Leyden, piramidales, en forma de hexágono, compuestos de la proteína lisolecitina acilhidrolasa con actividad de lipofosfolipasa, no son específicos de las parasitosis. Se encuentran con frecuencia en tejidos, secreciones y materia fecal debidos a reacciones inflamatorias eosinofílicas, como el asma, varias enfermedades parasitarias, alergias y otras enfermedades inflamatorias. De manera ocasional se han encontrado en neoplasmas mieloproliferativos. (Khrizman et al., 2010).
En el período crónico se observan hiperplasia e hipertrofia de los conductos biliares con fibrosis y esclerosis periductal - con o sin datos de obstrucción; áreas de necrosis, cambios adenomatosos, hepatomegalia, atrofia parenquimatosa, cirrosis periportal.
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